lunes, 16 de septiembre de 2013

Cualquiera puede tener un día malo

Estaba calentando haciéndome la comida, y resulta que me puse hablar con una amiga por teléfono. Se me olvido por completo y al rato escuche una olor a quemado, baje corriendo a la cocina y se me había quemado toda la carne, con la mala suerte de que al coger la sarten también me queme la mano, fue el peor día de mi vida.

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